Se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé
con quien tanto quería…
Miguel Hernández
Se murió Gelman y no me permito exagerar la pena, él era un
poeta preciso. Nada que lo avergüence o le haga pasar un mal rato . Se
me desgarra el corazón y caigo al vacío entonces la letra escrita me rescata.
Viven si puedo seguir leyéndolos.
Viven si puedo seguir leyéndolos.
Las lecturas de la muerte son parte de mi vida
Y también por separado pero todo junto
(El dolor de la muerte está hecho de nuestras ausencias sumadas pero la viva de la vida se las arregla bien para salir adelante)
Buscaba material de mi padre para bocetar un guión sobre
aviación y otros vuelos
Leí mezclada la última carta que le escribí a mi mamá
Transcribí para ella un poema de Gelman…”decir que esa mujer
era dos mujeres es decir poquito”, lo transcribí completo, con la tinta
dedicada para mi mamá como savia para nutrir la vida de esas 12397 mujeres que
era esa mujer.
Cuando volví al barrio y caminaba por Blanco Encalada y
Bauness, de la peluquería de niños me llamó el peluquero para darme el pésame y
salió el quinielero y, después, la
encargada de la farmacia, el chico de la panadería, la china de los chinos y la
sra de El Tropezón que para mí vende la mejor leche las tres niñas del mundo.
Caminaba por el barrio y yo iba saludando a mi mamá, la vida de mi mamá. Le
había cosido una bolsita para que guardara las tijeras colgadas de su cintura, le había llevado un babero para su
nietito recién nacido, la retaba
porque no hablaba todavía bien el idioma del
que está viviendo o les leía ese
poema de Gelman. Y cada quien se había sentido querido en comunidad.
Ahora ando con mi mamá cosida del revés y al bies porque no
puedo elegir una sola forma de llevarla conmigo, y cuando nos cansamos
mutuamente, aunque nos pasa cada vez menos, la dejo entre las
lavandas que es donde más le gusta estar.
era difícil saber con quién trataba uno
ella era un alba de algas fosforescentes /
cuando la fui a abrazar
parecía una constelación en la tierra /
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra /
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha /como el sol que se ponía en su voz /
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno /
y cuando se dio vuelta / su nuca era el plan económico /
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la dictadura militar /
yo estaba ligeramente desconcertado / una noche
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar /
y los demás desafinaban con él /
esa mujer tenía la memoria desafinadausté podía amarla hasta el delirio /
hacerle crecer días del sexo tembloroso /
hacerla volar como pajarito de sábana /
al día siguiente se despertaba hablando de malevíç /la memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo
ellaba mucho esa mujer y era una banda municipal /
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo /yo compañeros una noche como ésta que
monté en el camellito que esperaba en sus ojos
Juan Gelman