miércoles, 15 de enero de 2014

Otra vez la vida

Se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé
 con quien tanto quería…
                                             Miguel Hernández

Se murió Gelman y no me permito exagerar la pena, él era un poeta preciso. Nada que lo avergüence o le haga pasar un mal rato . Se me desgarra el corazón y caigo al vacío entonces  la letra escrita  me rescata.

Viven si puedo seguir leyéndolos.

Las lecturas de la muerte son parte de mi vida
Y también por separado pero todo junto

(El dolor de la muerte está hecho de nuestras ausencias sumadas pero la viva de la vida se las arregla bien para salir adelante)

Buscaba material de mi padre para bocetar un guión sobre aviación y otros vuelos
Leí mezclada la última carta que le escribí a mi mamá
Transcribí para ella un poema de Gelman…”decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito”, lo transcribí completo, con la tinta dedicada para mi mamá como savia para nutrir la vida de esas 12397 mujeres que era esa mujer.

Cuando volví al barrio y caminaba por Blanco Encalada y Bauness, de la peluquería de niños me llamó el peluquero para darme el pésame y salió el quinielero y, después,  la encargada de la farmacia, el chico de la panadería, la china de los chinos y la sra de El Tropezón que para mí vende la mejor leche las tres niñas del mundo. Caminaba por el barrio y yo iba saludando a mi mamá, la vida de mi mamá.  Le había cosido una bolsita para que guardara las tijeras colgadas de su cintura, le había llevado un babero para su nietito recién nacido, la retaba porque no hablaba todavía bien el idioma del que está viviendo o les leía ese poema de Gelman. Y cada quien se había sentido querido en comunidad.

Ahora ando con mi mamá cosida del revés y al bies porque no puedo elegir una sola forma de llevarla conmigo, y cuando nos cansamos mutuamente, aunque nos pasa cada vez menos, la dejo entre las lavandas que es donde más le gusta estar.

                                                                                                    majó

"...del almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas
 compañero del alma, compañero." M. H.





Mujeres
.
decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito
debía tener unas 12397 mujeres en su mujer /
era difícil saber con quién trataba uno
en ese pueblo de mujeres / ejemplo:
yacíamos en un lecho de amor /
ella era un alba de algas fosforescentes /
cuando la fui a abrazar
se convirtió en singapur llena de perros que aullaban / recuerdo
 
cuando se apareció envuelta en rosas de aghadir /
parecía una constelación en la tierra /
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra /
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha /como el sol que se ponía en su voz  /
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa mujer menos uno /
y cuando se dio vuelta / su nuca era el plan económico /
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables a la dictadura militar /
 
nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer /
yo estaba ligeramente desconcertado / una noche
le golpié el hombro para ver con quién era
y vi en sus ojos desiertos un camello / a veces
 
esa mujer era la banda municipal de mi pueblo
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba a desafinar /
y los demás desafinaban con él /
esa mujer tenía la memoria desafinadausté podía amarla hasta el delirio /
hacerle crecer días del sexo tembloroso /
hacerla volar como pajarito de sábana /
al día siguiente se despertaba hablando de malevíç /la memoria le andaba como un reloj con rabia
a las tres de la tarde se acordaba del mulo
que le pateó la infancia una noche del ser
ellaba mucho esa mujer y era una banda municipal / 
 
la devoraron todos los fantasmas que pudo
alimentar con sus miles de mujeres  /
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo /yo compañeros una noche como ésta que
nos empapan los rostros que a lo mejor morimos /
monté en el camellito que esperaba en sus ojos
y me fui de las costas tibias de esa mujer /
 
callado como un niño bajo los gordos buitres
que me comen de todo / menos el pensamiento
de cuando ella se unía como un ramo
de dulzura y lo tiraba en la tarde /
 
 

Juan Gelman